Entiendo que no debe ser fácil llegar a ser considerado una estrella con apenas 19 años, pero Jesús Rodríguez es algo que está gestionando por encima de lo esperado. El futbolista, nacido en una Sevilla dividida, ha sentido, además, la necesidad de probar los dos mundos. Surgido en el fútbol en el lado rojo de la ciudad hispalense, el canterano decidió en alevines pegar el salto a las franjas blanquiverdes para ver el mundo desde la perspectiva del Real Betis Balompié. Un salto que le ha dado impulso para ser parte esencial de un Betis de Pellegrini que no se cansa de sorprender.
Jesús Rodríguez no es cualquier jugador esta temporada. Hay pocos ejemplos mejores que el suyo para creer en cantera en la temporada 2024/2025 en España. Salvando la siempre interesante mirada a los clásicos amigos de la categorías inferiores en Athletic o Barça, el Betis se está acostumbrando a hacer un repaso año tras año a sus mejores perlas de cantera para darles los galones para brillar en Primera División. Una mirada que, este año, les ha regalado el desparpajo, la calidad y la velocidad de un futbolista que tienen que tener muy en cuenta en su horizonte.
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— LALIGA (@LaLiga) April 2, 2025
Nacido en Alcalá de Guadaíra, Sevilla, en el año 2005, su ascenso al escalón futbolístico superior del equipo verdiblanco es una muestra más de la madurez y la capacidad de este muchacho, que a base de fintas y quiebros está garantizándose que Pellegrini no se olvide de él en la mayoría de los partidos. Campeón europeo sub-19 con España y parte de un elenco de jugadores que están logrando enamorar a la parroquia bética esta temporada, Jesús Rodríguez solo está mirando adelante en un camino que acaba de empezar en la que puede ser una larguísima y próspera aventura en el fútbol profesional.
Pellegrini no dudó con Jesús Rodríguez
Jugador de los que te acercan a la victoria a caballo de lo estético, Jesús Rodríguez es un artista de la banda. Veloz, capaz en el uno contra uno y con un idilio casi irreal con el gol, el canterano bético sabe cómo ganarse las habichuelas en la élite. Casi parece poético que, en un momento en el que su influencia podía ser mayor sin oposición, Antony llegara para acompañar su talento y darle una guía inesperada.
A sabiendas de que el brasileño parecía deshecho tras su paso por un Manchester United en clara crisis institucional y deportiva, está siendo un impulso fiable para que su salto al profesionalismo sea más reposado y paciente. Si la llegada del astro carioca al Betis puede ser juzgada como milagrosa, la realidad que ha supuesto para la competencia en esa misma banda de Jesús Rodríguez es la providencia, no solo por sostener su crecimiento, sino por mostrarle dos realidades que conviven: Lo duro que puede ser el ostracismo deportivo y lo importante que es elegir bien destino para salir del pozo.
Jesús Rodríguez lleva ya este año un camino envidiable para cualquier futbolista con su edad. Empezó brillante, como era menester, en Primera RFEF, con un Betis Deportivo que le tenía como uno de los hombres clave para el objetivo común tras el ascenso de la pasada campaña, en la que ya fue importante con 7 goles en 24 partidos disputados. Este año, solo ha podido aportar en 12 partidos con el equipo filial, pues la llamada del técnico chileno “interrumpió” su despliegue en el equipo B.
Este año, en cambio, Manuel Pellegrini pretendía tenerle muy en cuenta para poder ayudar al Betis casi desde el inicio. Hasta ahora, son 1445 minutos disputados como jugador del primer equipo bético en 26 partidos (en 18 como titular), llegando a haber debutado en competición europea, y habiendo marcado ya dos goles con el Real Betis. Cifras extraordinarias por edad y por recorrido, sabiendo que es la temporada del debut en un equipo que hoy va sexto en LaLiga y que es semifinalista de Conference League.
